13 septiembre 2016

John Wall, historia de una estrella (Parte 4)

En la cuarta y última entrega de esta serie de artículos sobre la vida de John Wall contaremos cómo fue su llegada a la NBA tras ser número uno del draft, unos primeros años difíciles en la capital hasta conseguir llegar a ser un consagrado All Star.


John Wall llegó a Washington como una auténtica estrella, en su primera aparición pública se concentraron más de 1.000 aficionados en los alrededores del Verizon Center donde le esperaban el propietario de los Wizards Ted Leonsis, el presidente Enrie Grunfeld y el entrenador Flip Saunders. También el alcalde del DC Adrian Fenty que decidió proclamar el día de John Wall.

Por aquel entonces los Wizards contaban con una plantilla difícil de manejar, con jugadores jóvenes como Nick Young y Andray Blatche y veteranos como Kirk Hinrich y Josh Howard. Además contaban con Gilbert Arenas, un jugador que había sido la gran estrella y referencia del equipo durante los últimos años pero que debido a lesiones y a problemas extradeportivos (como el famoso caso de las pistolas en el vestuario) estaba en caída libre. John llegaba con la premisa de empezar un relevo de liderazgo y reconstrucción de la franquicia, pocos meses después de empezar la temporada Gilbert fue traspasado a los Orlando Magic, con este movimiento quedaban claras las intenciones de los del DC.

Desde el inicio de la temporada el propio Flip Saunders reconocía que sería difícil tener una buena actuación, aunque los aficionados soñaban con conseguir al menos un balance de 50% en victorias y derrotas, además en la división más complicada de la conferencia Este.

Por fin llegó el ansiado debut de Wall en la NBA, fue contra Orlando Magic. Empezó el partido nervioso fallando varios tiros, pero cuando consiguió controlar los nervios empezó a jugar como realmente sabia para terminar el partido con 14 puntos y 9 asistencias, un debut más que aceptable.

Unos días más tarde debutaba en el Verizon Center contra los Sixers, con una sobresaliente actuación, mucho mejor que en su primer partido, terminando con 29 puntos, 13 asistencias y 9 robos, a solo uno del triple-doble... un escándalo de partido. Sólo ocho días más tarde empató su récord de asistencias con 13, sumando además 19 puntos y 10 rebotes, consiguiendo así su primer triple-doble en la NBA en tan solo 9 partidos. Los únicos jugadores en conseguirlo antes a esa temprana edad habían sido Lebron James y Lamar Odom.

Durante las dos primeras temporadas John tuvo alguna que otra lesión, perdiéndose en cada una de ellas cerca de 15 partidos, aunque esto no impidió estar en el All Star en el partido de los novatos, siendo además elegido como MVP. Pero fue en su tercera temporada cuando recibió un duro golpe, perdiéndose la mitad de la temporada por lesión, pudiendo jugar solo 49 de los 82 partidos. Esto lejos de hundirle le hizo más fuerte, ya que lo mejor estaba por llegar.

La temporada 13/14 empezaba con una importante renovación de contrato, a falta de una temporada para que este expirase, ambas partes sabían que esta relación tenía que continuar. John Wall estaba muy feliz en Washington, con 20 años ya le habían dado las riendas de una franquicia y él había respondido. Además el equipo seguía su importante reconstrucción y el objetivo de volver a unos Play offs estaba cada vez más cerca. Se habían incorporado al equipo jugadores jóvenes y con talento como Bradley Beal y Otto Porter, además de algunos veteranos como Nene Hilario y Marcin Gortat. El proyecto era muy atractivo. 

Esa misma temporada Wall firmaba con la marca Adidas, lo que para algunos expertos fue la decisión clave para terminar con la "mala suerte" de las lesiones, que le acompañaba durante sus primeras tres temporadas (calzando zapatillas Reebok). Esta temporada jugó un total de 81 partidos, anotando una media de 19,3 puntos y repartiendo 8,7 asistencias, la que hasta el momento sería su mejor temporada. Además el equipo consiguió entrar en Play Offs y llegar hasta las semifinales de conferencia donde perdieron contra los Indiana Pacers. Los aficionados de los Wizards volvían a soñar y John Wall estaba siendo el creador de esos sueños. Esa temporada además consiguió un puesto en el All Star Game y redondeó su participación ganando el concurso de mates.

Las dos últimas temporadas de John en Washington, en lo personal, sin duda han sido las mejores de su carrera, alcanzando un nivel de madurez excelente, echándose el equipo a la espalda durante toda la temporada y llegando a jugar varios partidos en los Play Offs de 2015 con la muñeca literalmente destrozada, hasta que los médicos dijeron basta al ver que tenia hasta 5 fracturas. Una prueba más del compromiso de Wall con la franquicia y su personalidad luchadora y ganadora.

En esta última temporada el equipo ha sufrido mucho con las lesiones, pero para John, lejos de bajar los brazos, ha sido un estímulo para salir cada partido a la cancha y darlo todo. Ha firmado su mejor temporada en cuanto a números, promediando por partido 19,9 puntos, 10,2 asistencias y 4,9 rebotes en 77 partidos, una auténtica burrada. Además esta temporada le ha valido para conseguir ser por tercera vez All Star

John Wall afronta la nueva temporada con más confianza que nunca, con el reto de volver a entrar en Play Offs junto a su amigo y flamante renovado Bradley Beal como líderes del equipo, con nuevo entrenador y cuerpo técnico y varias caras nuevas como Ian Mahinmi, Trey Burke o Tomas Satoransky que hacen volver a soñar a los aficionados de la capital de los Estados Unidos.

Por último, por si alguien aun no conoce a John Wall, aquí van unos vídeos:


Aquí el mate con el que se proclamó campeón del concurso de mates:




Hasta aquí la cuarta y última parte de "John Wall, historia de una estrella". Si os ha gustado podéis comentar y compartir en redes sociales. ¡Gracias!



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